31 de octubre de 2011
La historia dice que cuando Jack murió no se le permitió la entrada al cielo por sus pecados en vida, pero tampoco pudo entrar en el infierno porque engañó al diablo. A fin de compensarlo, el diablo le entregó una brasa para iluminar su camino en la oscuridad por la que debería vagar hasta el día del Juicio Final. La brasa estaba colocada dentro de una cubeta ahuecada para que ardiera como un farol durante mucho tiempo.
Los irlandeses solían utilizar nabos para fabricar sus faroles, pero cuando los inmigrantes llegaron a Estados Unidos se dieron cuenta que las calabazas eran más abundantes que los nabos. Por eso surgió la costumbre de tallar calabazas para la noche de Halloween y transformarlas en faroles introduciendo una vela en su interior. El farol tenía como objetivo espantar los espiritus malignos.