7 de noviembre de 2008
para un Dragón la vida está en constante movimiento. Es Egoísta, excéntrico, dogmático y muy exigente, sin embargo, no le falta nunca su grupo de admiradores que también disfrutan de sus múltiples virtudes. Desde muy pronto en su vida tiene su rumbo marcado y exige de los demás una perfección tan elevada como la que él mismo se impone.
Posee el potencial para realizar cosas importantes. Sin embargo, a menos que contenga sus entusiasmos puede terminar quemándose y convertido en humo. Se fanatiza con facilidad y nunca pasa desapercibido por su gran entrega al ideal.
Un Dragón enfadado y rechazado puede ser peligroso y temerario. Pero pese a su temperamento puede mostrarse familiar y cariñoso. Las diferencias con su familia serán olvidadas si necesitaran su ayuda. Pero una vez superada la crisis dirá lo que piensa sin tapujos. Le es casi imposible demostrar cariño si está enfadado y se empeña en ser maleducado pero.
Posee el potencial para realizar cosas importantes. Sin embargo, a menos que contenga sus entusiasmos puede terminar quemándose y convertido en humo. Se fanatiza con facilidad y nunca pasa desapercibido por su gran entrega al ideal.
Un Dragón enfadado y rechazado puede ser peligroso y temerario. Pero pese a su temperamento puede mostrarse familiar y cariñoso. Las diferencias con su familia serán olvidadas si necesitaran su ayuda. Pero una vez superada la crisis dirá lo que piensa sin tapujos. Le es casi imposible demostrar cariño si está enfadado y se empeña en ser maleducado pero.
A pesar de ser muy emocional no es sentimental ni romántico, aunque su gran corazón te perdonará rápidamente y no se involucrará en venganzas estériles. Es decidido pero no astuto ni insidioso, aunque sí muy orgulloso a la hora de pedir ayuda. Empeñado en avanzar, olvida protegerse y como es demasiado recto y estricto, se niega a mentir y es incapaz de interpretar las insinuaciones sutiles.
La mujer Dragón creerá en la igualdad de derechos para las mujeres. Será totalmente emancipada y jamás se quedará esperando su destino. Aunque los defectos del Dragón son tantos como sus virtudes, su esplendor no tiene fronteras. No es un ser mezquino y no escatima a la hora de hacer favores, aunque quizás gruña bastante. Puede ser feliz llevando una vida solitaria porque su trabajo y su carrera serán siempre lo más importante, además será imposible verle sin amigos o admiradores con los que compartirá generosamente porque no es avaro, aunque jamás derrocha.
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